Ahora mismo acabo de escuchar, y no es por primera vez, a un presentador de un programa (cualquiera) de televisión de España decir. "Ahora nos vamos cuatro minutos a publicidad pero luego volved todos aquí".
Que es como si dijera: "Ahora os vamos a poner una mierda de anuncios insoportables, por lo que os podéis ir a mear o a masturbaros un ratito, pero cuando se reinicie la emisión que yo ¡guapo...! presento, quiero que volváis a estar atentos a la pantalla...".
¿Sabe este tragaldabas escurrido, este zascandil atontado y mequetrefe encogido, éste mindundi de tres al cuarto, que las empresas o comercios que han contratado y pagado los anuncios, que cuestan un pastón de la hostia, son los que le mantienen a él y a la emisora que le tiene asalariado que, sin publicidad, ya se habría ido al carajo y él estaría recogiendo papeles en los contenedores de la basura municipal?
¡Como se le ocurre aconsejar a los espectadores que se levanten, en lugar de rogarles, implorarles de rodillas, que aguanten y se traguen la publicidad de pago!
¿Se atreve alguien a imaginarse lo que le ocurriría a este presentador español si hubiera conseguido trabajo en una cadena comercial americana?
Yo no; es demasiado cruel...
Coronel Von Rohaut
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