La afirmación "margallania", ostentosamente trompeteada por el muy hidalgo funcionario español, y que al igual que lo será la consulta catalana, el referéndum de Crimea era ilegal y "nulo" ha durado lo que un caramelo en la puerta de un colegio.
Exactamente lo que ha tardado el Putin, a las pocas horas de terminarse el referéndum, en aceptar la anexión de Crimea a Rusia; a su retorno a la Madre Patria, como ha señalado y ha dicho verdad (en esta ocasión, sí).
O sea, la cacareada nulidad ha durado lo que ha tardado el nuevo Zar de todas las Rusias en pasársela por el forro de los cojones.
Hasta el gran enemigo de Catalunya, el ex-periodista Pedro Jota, se ha reído del Margallo y que éste se empeñara en asimilar Catalunya con Crimea, justo cuando en esta acababa de triunfar, estentóreamente, su secesión de Ucrania...
Mucha vista no tiene el Margallo, no. Cuando seamos independientes deberíamos otorgarle la "Creu de Sant Jordi" en agradecimiento a su gran ayuda en la internacionalización del proceso catalán.
Coronel Von Rohaut
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