Es una droga cuyo nombre científico es la escopolamina, y también conocida como droga de la violación.
Muy usada en Sudamérica (pero también en Europa y, por relatos policíacos, hasta en Barcelona, en reuniones y salas de fiestas). Se le da a una chica, por ejemplo en la bebida o en un cigarrillo, y le causa un gran sopor, sueño o semidesmayo. Con lo cual el atacante se la lleva a buen recaudo y procede tranquilamente a su violación; cuando despierta, la victima no recuerda absolutamente nada. Salvo, quizás, que se encuentre la entrepierna un poco pegajosa...
En la imagen, la bella flor tropical de la burundanga, de la que se extrae el alcaloide psicotrópico.
Los delincuentes también la pueden utilizar contra hombres, igual que mujeres, para robarles, etc.
Yo, cuando por las mañanas y alguna vez escucho la radio de la COPE y a su presentador, un tal Ernesto Saez de Buruaga (*), no se por qué instintivamente pienso en la burundanga y su efecto violador de la mente...
(Coronel Von Rohaut
(*) Menos agresivo e insultante que su antecesor el Jimenez Losantos, pero igual de facha y de ultranacionalista fanático castellano, falaz y calumniador.
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