Veo un maravilloso reportaje sobre Noruega, sus fiordos, sus glaciares, sus paisajes tremendamente verdes, las aguas de sus ríos, sus mares y sus lagos, unas ciudades portuarias preciosas (Bergen, Stavanger), de tarjeta postal, unas señoritas "vikingas" rubias y espatarrantes; y un nivel de vida elevadísimo gracias a una economía pujante debida a las prospecciones petrolíferas del Mar del Norte (*).
Pero ni loco de atar, ni lleno de alcohol hasta el culo o fumado como un salmón ahumado, me iría yo a vivir a un país así, donde tienen 11 meses de invierno y uno, y gracias, de verano...
Coronel Von Rohaut
(PS) Y menos cuando me acuerdo de los condados al sur de Los Angeles, o de la hermosa y soleada bahía de Sidney. ¡O de mi barrio de Sant Gervasi, coño!
(*) Y con un sueldo mínimo garantizado para todos sus ciudadanos (creo que está en estudio), tema sobre el que volveré en breve. Pero un coste de vida caro que te cagas...
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