Posiblemente, distintas varas

Hoy se ha sabido que ha sido cortada una de las ramas, la más larga, del "Pi de les Tres Branques", en el Berguedá y que desde que Mossen Cinto Verdaguer lo inmortalizara en un poema de 1.888, es uno de los símbolos del catalanismo.

No ha sido una gamberrada sino que, cortado uno de los troncos con una sierra mecánica y luego derribado al suelo, ha sido un atentado terrorista premeditado y anticatalán.

Veremos si las cadenas nacionales y tertulias que se han escandalizado por algunos de los comentarios surgidos tras el asesinato a tiros de la política de León (algunos bastante impropios) y que han dicho que eran un llamamiento a la violencia y una exaltación de la tensión política, qué dicen (si dicen algo) de este tema.

Por cierto, Dios me libre de atizar la crispación, pero dicen que esta señora era odiada y temida en su región (*); lo que para nada justifica que la hayan baleado. Ni voy a hacer apología del delito pero la asesinada era el prototipo de político que acumulaba cargos (y dietas y salarios). Hasta más de 30 en algún momento...

Estaba acusada de  trasladarse a Madrid y/o a reuniones privadas en el coche oficial, con chófer, de la Diputación, de la que era Presidenta. Se desplazaba a reuniones de sus otras actividades con dicho coche oficial  y, símbolo de la corrupción,  despues facturaba, a los Organismos con los que colaboraba (como la caja de ahorrros provincial), los gastos de kilometraje con dicho coche, que no pagaba ella... Prometía soluciones para España pero, como buena castellana vieja, las mejores soluciones las empleaba para su beneficio particular y para incrementar su peculio. Y dicen que, si tenía que atropellar y empujar a alguien, pues qué le vamos a hacer...

Y si que deseo reproducir un comentario que ha publicado un periódico de su propia provincia: "La Bañeza Hoy", que titula:  "Abaten a tiros a la poco querida y muy criticada Presidenta Isabel Carrasco".

Muchos no la van a llorar... Y no lo digo yo.

Coronel Von Rohaut

(*) Para alcanzar el cargo, a la sombra de Aznar, había pisado callos, dado codazos, y que era tremendamente vengativa.