miércoles, mayo 28, 2014

Si alguna persona principal me leyera...

Humildemente le hago un ruego: que cuando Catalunya sea una República soberana e independiente, en nada se parezca a la vieja, inepta, inculta y corrupta España.

Y para que esta diferencia sea bien visible, preciso es que tanto sus políticos como sus prácticas de debate abierto, forma y liturgia, modos, tradiciones, rituales y parafernalia en general, sean lo más distintas posible de lo que son ahora en Madrid.

Y para ello, nada mejor, más cómodo y fácil, que inspirarnos en las tradiciones y práctica del Parlamentarismo británico.
En las futuras Cortes Catalanas o Congreso, no quisiera ver ningún político tan solo y siempre leyendo aplicadamente, y como un lorito, sus papeles (o solo cuando tengan que hacer una exposición con datos). No quiero ver señores diputados (que, además, deberían de ser pocos), que no hayan luchado su puesto en listas abiertas y ganándose la confianza de sus electores (a los que deberán rendir cuentas), y solo capaces de calentar el asiento con su culo y apretando un botón con su dedo a la indicación de su jefe de filas.

Quiero ver debates vivos, con los diputados interpelándose libremente (con el debido órden y respeto) en las sesiones de control, asintiendo o negando, y sin preguntas previamente establecidas, comunicadas, y con las respuestas preparadas. Poniendo en apuros a los Ministros y Jefe del Gobierno o Presidente de la República; y éste al Jefe y Representantes de la Oposición.

Y todo aquel que no sepa hablar con un mínimo de brillantez (aparte de la corrección gramatical y la necesaria amplitud de vocabulario), que no sea capaz de responder con agudeza y hasta con agresividad pero educación, y de debatir y convencer con propiedad, por favor, que no se dedique a la Política (*).

Si es necesario y para él, pobre bellotero, ya restauraremos la noble y necesaria profesión de limpiabotas, o el digno oficio de palanganero. Sin comer que no se quede...

¡Pero la Política es, ha de ser, otra cosa!

Coronel Von Rohaut

(*) Sir Winston Churchill o Margaret Thatcher, qué grandes fuisteis... (A los grandes oradores del pasado no les alcancé...)

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