A un tren de Asturias, cuna de la España eterna (ésta que según la Esperanza Aguirre tiene 3.000 años de antigüedad...), se sube un caballerete, un hidalgo español, y a una chica que viaja en él la insulta, le mete mano y le toca el coño.
Un amigo suyo que viaja con el susodicho, lo graba con su móvil mientras se ríe de "la gracia". Ah, el amigo es un Guardia Civil que, en principio, debe velar por la seguridad ciudadana y las buenas costumbres. Lo inhabilitan pero, siendo como es, además de un cabrón, hijo de un concejal del PP, el señor ministro de justicia (*), éste que siempre vela por las mujeres y, para salvar su dignidad, quiere cargarse la Ley del Aborto, el tal Gallardón (cuyo nombre rima con lo que es; y lo que me parece que es todavía más, no lo escribo para no incurrir en delito de injurias, pero lo pienso...), vá e indulta al Guardia Civil "pepero" y muy cabrón.
¡Pué zi zeñó, los que van por la calle cantando aquello tan profundo de "Yo zoy ezpañó, ezpañó, ezpañó!" se retratan a si mismos y a su país! Que no es el mío ni el de los catalanes de bien; ni siquiera debería ser el de los españoles de bién, que debe haberlos pero no se significan para no sobresalir de la mediocridad y cutrez, que es enseña de la raza, el "homo hispanicus".
Coronel Von Rohaut
(*) En España, la "justicia" la pongo en minúscula. Lo que va en mayúsculas es "Corrupción", "Expolio", "Rapiña", "Cutrez Intelectual", "Bajeza Moral", etc.
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