El catapultado (anteayer en el Golfo Arábigo) desde la cubierta de un portaaviones, de un avión de más de 21 toneladas en configuración de combate, y que puede alcanzar las 30 toneladas en máxima carga para ataque al suelo ("strike-fighter" o caza-bombardero), es siempre una operación delicada.
Coronel Von Rohaut
(PS) Si se amplía la imagen se puede observar que el piloto va agarrado a las asas del marco del parabrís, para soportar el empuje o patada que recibe al ser lanzado. No toca los mandos ni la palanca de pilotaje, ya que el ordenador de a bordo hace, automáticamente, toda la operación de despegue.
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