Pasada (con cierto deshonor) la Guerra de Afghanistan, los vehículos blindados contra emboscadas y resistentes a las minas, que fueron las estrellas de este conflicto, que todos los ejércitos reclamaban y que hicieron las delicias de, por ejemplo, los fabricantes sudafricanos, han pasado de moda.
El Pentágono ya casi no cursa pedidos y mas bien está liquidando sus "stocks": a policías locales y a terceros países, también europeos...
Y es que no somos nada...
Coronel Von Rohaut
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