E imbuido por su espíritu, dejadme hacer unos pequeños apuntes bíblicos.
Es evidente que los hispano-castellanos se han acostumbrado a ver a los catalanes el realizar a diario el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, y les parece que es fácil y que no nos cuesta ningún esfuerzo (pero ni creyendo esto están ellos dispuestos a intentarlo: el producir les da grima, prefieren rezar, pedir, vivir del cuento o meter la mano en la caja, etc.).
Y como que llevan siglos auto-invitados en estas Bodas de Caná donde se han colado, y el vino les sale gratis, no están dispuestos a levantarse de la mesa, ni para ayudar a fregar los platos ni mucho menos a colaborar trayendo ellos algún manjar, o los postres...
Luego, es forzoso que estas Bodas se den por concluidas y, despues de tanto tiempo de mamandurria, urge levantar el convite, plegar la mesa y, una vez divorciados por lo civil o por lo penal, irnos cada uno a su casa y Dios en la de todos...
Dado en Bêt Léhem de Judá a XXII del XII del MMXIV.
Colonellus Von Rohatus
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