El mismo día de la gran violencia callejera desatada en Madrid por los grupos "ultra" de distintos bandos pseudo-futbolísticos (*), en el campo del Valencia y casi al final del partido, al Messi le lanzaron una botella desde la grada y le hicieron una brecha; mientras se quejaba al árbitro éste, un andaluz más bien españolista (como casi todos...), le mostró una tarjeta amarilla por pérdida de tiempo (sic).
Ojalá la botella se la hubieran tirado a la cabeza del "referee" y se la hubiesen escacharrado. A ver qué decía...
Coronel Von Rohaut
(*) Y que a pesar que "la quedada" se había formulado, como siempre, a través de los medios sociales de comunicación, la policía ni se enteró y se personó en el lugar de los hechos cuando ya había un muerto, al que habían echado al río, malherido. Que tampoco era ningún santo pero que palmó mientras la policía municipal de Madrid, que había llegado antes que la Nacional y los bomberos, se lo miraba desde la orilla... ¿De verdad que no podían hacer nada... o es que si se mojan el uniforme la alcaldía de la Botella no les paga el "tinte"?
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