En Francia viven millones de "putos moros", sarracenos recién llegados (o hijos de norteafricanos inmigrados desde hace tiempo, pero no integrados ni civilizados) e islamistas, musulmanes o mahometanos, y demás basura, cultivo de djihadistas y terroristas; el "huevo de la serpiente".
Y salvo contadas y dignas excepciones, la sensación que se tiene es que estos musulmanes y sus dirigentes muestran una actitud muy tibia o ambigua, cuando no condescendiente y hasta claramente cómplice, con el terrorismo islamista que nace y crece en sus comunidades y envenena la convivencia en Europa y en toda la Cristiandad.
Un análisis o ejemplo concreto puede leerse, en francés, clikando aquí.
Como dicen muchos de mis amigos, antiguos combatientes en la Guerra de Argelia, el mejor moro es el moro muerto... (con perdón).
Coronel Von Rohaut
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