Messi alcanza sus 300 partidos de Liga y lo celebra con otro "hat trick" o truco de magía (tres goles en un partido, y ya tan solo a dos del Ronaldo que hace bien poco le llevaba un porrón...).
El Barça, magistralmente conducido por Messi y que además trabaja en el campo mientras el Cristiano Ronaldo celebra fiestas nocturnas, llega a 11 partidos seguidos ganados de forma consecutiva y con un total de 42 goles o sea, una media de 3,8 por partido jugado.
Y, por fín, el uruguayo Luis Suárez consigue marcar y con un gol de los que se le esperan a un crack de su clase...
Y otra vez marcan los tres hombres de la delantera "culer", metiéndole una "manita" al bueno del Levante (5 - 0).
Y de los tres goles de Messi, dos fueron con asistencia de sus compañeros Bartra y Pedro. Y tan pronto marcó, fue a abrazarles, en agradecimiento. No hizo como el Cristiano Ronaldo, este chulo-putas del Madrid que, cada vez que marca un gol (y marca muchos y bien) se planta como un torero y llama a sus compañeros para que sean ellos los que vengan a abrazarle, como un Dios que exige pleitesía o un "rendez-vous" de sus súbditos.
Coronel Von Rohaut
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