En el hemiciclo de las Cortes Españolas, cuando sube al estrado cualquier representante de partido catalan, todo Dios se levanta y se va. A mear o a desmear...
Luego nos dicen que nos quieren y que nos quedemos...
Bueno, los catalanes un poco masoquista sí que somos y algunos, de la especie de los imbéciles degenerados, hasta sufren del Síndrome de Estocolmo en relación a los perversos españoles...
Pero tanto como para aguantarlo todo, como los arrogantes y altaneros desaires y menosprecios castellanos, pues va a ser que no, tíos...
Coronel Von Rohaut
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