Siempre me ha llamado poderosamente la atención (y aquí he dejado constancia más de una vez) el hecho que hayan tantas gentes (buenas gentes pero mentalmente limitadas) que no entienden una puta mierda de lo que leen, escuchan o les dices.
Recuerdo que cuando, en mis estudios de marketing, tratábamos la asignatura de psicología aplicada (tanto la industrial como la muy importante en publicidad, ya que toca el tema de la percepción), nos ponían como ejemplo de problemas de comprensión aquel juego que consiste en decirle algo a la oreja a tu vecino, que lo reproduce al suyo y así consecutivamente, hasta que la frase te regresa una vez ha dado la vuelta; y lo que te dicen no se parece en nada a lo dicho por tí y, normalmente, con un resultado altamente humorístico.
Pues bien, ahora parece que un estudiante de informática está poniendo a punto un sistema para ayudar a la comprensión lectora de los disléxicos que, segun estudios, entienden lo que leen peor que las personas más normales; hasta tres veces peor, dicen.
¡Virgen Santísma! Vaya multitud de disléxicos (o de simples idiotas y tarados), que ha dado la raza hispano-castellana. Problema genético, seguramente... ("Dr. Livingstone, I suppose")
Coronel Von Rohaut
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