Que tal día como hoy hacen una peregrinación a la ermita de Sant Medir (San Emeterio, pero no confundir con el Emeterio riojano, también mártir pero que era un soldado romano), en la Serra de Collserola, donde está el Tibidabo, pero en término de Sant Cugat y que, principalmente cuando desfilan por las calles de la ex-vila de Gracia, van lanzando caramelos.
Y esta mañana, estando en el Mercat de Sant Gervasi (barrio que, con Sarriá, también forma parte de esta ruta festiva) ha llegado una "colla", chicos jóvenes con su bandera al frente y la fanfarria de tambores, repartiendo caramelos entre la gente.
Me emociona que, a pesar de toda la guerra que nos hacen nuestros enemigos seculares (que hasta quieren aniquilar nuestra lengua y cultura, ver mi artículo sobre el partido castellano "Vox"), nuestros jóvenes mantengan, contra viento y marea, nuestras tradiciones populares, hasta las más humildes y rurales como esta "Festa del Día de Sant Medir", que era un payés catalán (posiblemente legendario) del siglo II después de Cristo, en tiempos del Emperador Diocleciano.
Costumbres que, cuando lo vivo como hoy, casi suelto una lágrima...(*)
Coronel Von Rohaut
(*) Porqué ya es sabido que el catalanismo es, básicamente, un movimiento romántico. Por algo la música de Richard Wagner, después de Bayreuth, donde más seguidores tenía era en el Gran Teatro del Liceo, de Barcelona.
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