Lo de traspasar a empresas civiles (*) competencias hasta entonces monopolizadas o detentadas por empresas u organismos públicos ya lo inició la ultraliberal Margaret Thatcher (ésta sí que lo era, junto con el también liberal Ronald Reagan, y no la populachera "Espe"). Y algunas hubo que reintegrarlas al mando gubernamental al no funcionar debidamente...
Ahora, en la misma línea y para hacer "caja", el Ministerio de Defensa le ha vendido, por 82 millones de libras y a la española CLH (la antigua CAMPSA), todo el sistema gubernamental de almacenamiento y distribución (oleoductos) de combustible que suministran a todas las bases aéreas británicas (así como a las aerolíneas comerciales) y a las Fuerzas Aéreas de países aliados que allí estacionan, como las de los USA.
Naturalmente, con una clausula que blinda y asegura dicho suministro, de importante valor estratégico para la defensa nacional y en caso de conflicto bélico.
Coronel Von Rohaut
(*) ¿Pero, en el caso de la defensa, parece prudente darlo a empresas extranjeras...?
Un poco arriesgado. Lo que si que ya está externalizado en muchos países e incluso en operaciones exteriores, es la intendencia de alimentación que, en muchos cuarteles y bases, la llevan a cabo empresas de "catering" privadas; como la francesa SODEXO que, dando el catering ambulante a los participantes del Rally Paris-Dakar durante muchos años, acumuló experiencia en hacer este trabajo bajo presión y en circunstancias ambientales duras. En las bases militares en el extranjero, mas o menos permanentes como las FOB (Forward Operating Base) y los "Outpost Combat Base", por ejemplo en Afghanistan y muchos países de Afrca, lo solucionan montando cocinas de campaña que, con personal propio, las gestionan ellos bajo contrato con el gobierno.
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