En el Golfo de Vizcaya o Bay of Biscay para los anglosajones (que los gabachos se empeñan en llamarle Golfe de Gascogne), un patrullero francés (auxiliado por medios aéreos) interceptó un velero de bandera neerlandesa sospechoso de transportar un importante alijo de droga.
Al llegar el patrullero se declaró un incendio a bordo que hizo hundirse el buque y su carga a un fondo de 4.000 metros, si bien el equipo de rescate consiguió obtener algunas pruebas del tráfico.
Coronel Von Rohaut
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