Supongo que mucha gente como yo observó la cara socarrona, de mala puta asquerosa y vengativa, con la que la vicepresidenta del gobierno hispano-castellano anunció, burlona, que iban a desbloquear las cantidades debidas a los farmacéuticos catalanes "puesto que el gobierno catalán ya había aceptado las nuevas condiciones impuestas" (humillantes y solo a los catalanes...) (*).
Si me la encuentro cara a cara, le escupo un buen gargajo, un señor escupitajo, una flema bien cargada de mucosidad verde...
E hipocritamente se abstuvo de decir que lo que habían conseguido con estas malvadas y desleales malas artes (monopolizar y manejar, a la manera de lostrileros, la llave de nuestros dineros), era hacernos bajar los pantalones (personalizado en el bueno del "conseller" Mas Colell, todo un caballero), que es lo que más les pone a los castellanos.
Coronel Von Rohaut
(*) ¿No decían que eramos todos iguales? ¿Algún imbécil o tarado todavía se extraña que los catalanes (los de verdad) nos queramos independizar de este yugo pestilente, colonialista, opresor y represor?
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