Según muchas opiniones, Francia volvería estar a punto de tomar el "sendero de la guerra" en Libia.
No para derribar un dictador, como en 2011, si no a la espera que las nuevas autoridades libias soliciten su ayuda para evitar que, en un país partido en dos (Tobruk y Tripoli), se instale el DAESH como territorio propio para su retaguardia (especialmente en la zona de Syrte).
En la imagen, un tanque de las fuerzas militares libias del Parlamento de Tobruk, en Benghazi.
Coronel Von Rohaut
(PS) Partido en dos por culpa de la anterior operación occidental que, como en Irak, no solo derribó al dictador si no que destruyó las estructuras de estado y poder que mantenían la unión del país que, en el fondo, sigue siendo tribal.
O sea, un caos o "putiferio musulmán" que Occidente no acaba de saber gestionar.
(Quizás mejor se hubiese quedado allí el DAK "Deutsches Afrikakorps" de Rommel).
No hay comentarios:
Publicar un comentario