domingo, enero 03, 2016

Los crecepelos y los charlatanes

Siguen saliendo, año tras año, anuncios de crecepelos, a veces y ahora llamados lociones capilares, prometiendo lo imposible, que salga pelo nuevo donde no lo hay porqué se ha caído. O que deje de caerse. Dichos anuncios o "spots" publicitarios televisivos que cuestan millones y artísticamente están muy bien realizados, son auténticas estafas legales en las que siguen cayendo pobres imbéciles crédulos e influenciables por las técnicas publicitarias, antiguas de siglos y que ya eran utilizadas de forma personal y eficaz, por los miles de charlatanes y "sacamuelas", auténticos psicólogos autodidactas que, en tiempos históricamente lejanos, ya andaban por los pueblos vendiendo sus pociones mágicas, junto con elixires de eterna juventud.
A los crecepelos de siempre se han añadido ahora y con gran exito, productos de cosmética que prometen reducir, drásticamente y en cuestión de pocos días, la maldita celulitis (lo que, científicamente y demostrado, es de todo punto imposible). Y salen por la televisión maravillosas modelos y famosas actrices, que en su puta vida, por genética o juventud, han necesitado el producto que anuncian, jurando que en diez dias o en 10 noches, nuestras obesas, pero simpáticas compañeras, obtendrán el magnifico cuerpo, que Dios les ha dado, a las modelos.
O antiarrugas faciales milagrosos:
Y, obcecadas e impelidas por su ilusión, se gastan, cada año, millones en productos mágicos o milagrosos; por descontado, totalmente inútiles. Y en los que el frasco o envase cuesta mucho más que el producto que contiene...
Yo, evidentemente, más que gastar fortunas en estos productos inútiles y totalmente ineficaces por más nombres enrevesados y aparentemente tecnológicos que les pongan (como "ácido hialurónico"), antes que engordar las cuentas de L'Oréal, Max Factor, Revlon y otros, les recomendaría encomendarse a Dios o rezar a Santa Margarita. Es igual de inútil y frustrante, pero mucho mas económico
Ya mi abuela se ponía en la cara una "cold cream" (emulsión de agua y una grasa que, en tiempos, era esperma de ballena), que le vendían a granel en la farmacia del barrio; por descontado que esta crema refrescaba la piel y ayudaba al desmaquillado. Y todo y siendo mucho mas barata que los productos de marcas rimbombantes actuales, sus efectos no eran inferiores (ni tampoco muy superiores...).
Coronel Von Rohaut
(PS) Caso aparte son los productos de pura higiene (donde también se hacen muchas trampas...), y los perfumes, para los que los deseen y, si bien también los envases y la publicidad cuestan más que el contenido, por lo menos el buen olor, (habitualmente floral como la lavanda de Provenza o el aceite esencial extraído de la corteza de la bergamota, un cítrico original de Regio Calabria, en Italia), es real...
Y si te crees que usándolo vas a follar más que el gallo de Morón, ya entonces el problema es tuyo, por gilipollas.

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