Varios municipios de Catalunya tendrán que hacer callar las campanas de sus iglesias que dan las horas durante la noche, por orden judicial avalada por el "jíbaro" del Ribó (Defensor del Pueblo excesivamente "progre") y porqué "molestan el descanso de algunos vecinos".
También por las quejas de cuatro gaznápiros sobrevenidos y recién llegados, en algunos pueblos han intentado y hasta conseguido hacer callar los gallos que cantan de madrugada o los perros que ladran; sonidos rurales tan entrañables...
Yo, en el pueblo de mi abuela, dormía exactamente frente al campanario de la iglesia y jamás me molestaron sus campanas (*), agradable sonido al que te acostumbras sin dificultad; salvo que seas un perfecto imbécil...
Coronel Von Rohaut
(*) A las que, mediante una generosa propina, hice repicar larga y alegremente el día del bautizo de mi hijo varón.
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