El franquista Pedro Sánchez y el falangista Albert Rivera, le dan una nueva imagen, pero ninguna nueva moral, a la España profunda y centralista de siempre.
La diferente interpretación que cada uno de ellos hace del pacto que acaban de firmar, y la ambigüedad y trampa de la pregunta que el Sánchez les ha sometido a sus afiliados (*), da la medida de su desmedida ambición, de su falacia e hipocresía.
¡Y líbreme Dios de todos los españoles!
Amen.
Coronel Von Rohaut
(*) Prometió hacer la consulta como salida (perspicaz) cuando sus "barones" le ponían trabas a pactar con Podemos y luego la ha utilizado, con la misma ambigüedad, cuando ha pactado con su opuesto. Y los militantes han dicho "si" sin saber a qué, ya que tanto podía valer para votar a una cosa como a su contraria.
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