El Atlético madrileño practica un juego duro al límite ya que los árbitros españoles se lo permiten.
La expulsión de ayer de "el Niño" fue un poco rigurosa pero el tío se la buscó, él solito, por idiota (ya tenía otra amarilla y entró, duro y por detrás, cuando no había ninguna necesidad táctica).
Si el partido anterior del Barça contra el Real Madrid lo hubiera pitado este mismo árbitro alemán, el Sergio Ramos (digno heredero y admirador del Fernando Hierro, que siempre saltaba con los codos abiertos), no hubiera aguantado ni diez minutos sobre el césped.
Coronel Von Rohaut
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