No sé a quien le extraña el ultranacionalismo hispano-castellano y conservadurismo casi (o sin casi) de extrema derecha de muchos viejos dirigentes psocialistas, como la mayoría de los carcamales que forman la banda de dinosaurios jurásicos de los que muchas veces ya he hablado y no voy a repetir, como los Leguina, Corcuera (digno de ser exhibido en un Museo de los Horrores),
Vázquez, Bono, Guerra, Rodriguez Ibarra, etc.,
cuando el que fué su jefe y blasón, el Felipe González, ya en el lejano año de 1984 y en discurso en Toledo, dijo, muy serio: "El terrorismo, en el Pais Vasco, es una cuestión de Orden Público. Pero el verdadero peligro para España es el hecho diferencial catalán".
Es cuando decían, sin que se les escapara la risa tonta, que "en ausencia de violencia, todos los debates son posibles". Era cuando ETA más asesinatos políticos o ejecuciones de enemigos del nacionalismo vasco estaba llevando a cabo y, así y todo, Aznar les llamaba (porqué realmente lo eran...) "Movimiento Vasco de Liberación".
Ahora, a los catalanes y solo por poner urnas o querer ejercer nuestro derecho a votar, nos van intentando meter en la carcel.
Pues si y yo ya lo decía entonces, los castellanos solo entienden, como decía José Antonio Primo de Rivera, "la dialéctica de los puños y las pistolas". Y a los catalanes que no nos busquen en estos jardines; somo pacifistas (*), dialogantes y pactistas (siempre que enfrente se siente algún interlocutor honesto, de lo que en España no lo hay, no lo ha habido ni jamás lo habrá, pues son todos unos hidalgos castellanos o sea, unos chorizos chulos, pedantes y soberbios).
Coronel Von Rohaut
(*) ¿También un pelín cagados?
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