Cuando después de varios siglos de desencuentro entre Catalunya y Castilla, por la avidez, codicia y ansia y afán de desvalijarnos y saquearnos por parte de Castilla (expolio cultural y económico), todavía salen unos descerebrados como el Rabell, el Doménech, la Colau y el mismo Iceta, y nos dicen que no actuemos unilateralmente, que todavía es posible entenderse con España (*), realmente no es que se estén riendo de nosotros, si no que, directamente, son unos descerebrados y retrasados mentales. O unos malvados traidores al servicio de España.
Coronel Von Rohaut
(*) Y si queremos remontarnos, que se lo pregunten a los Estanislao Figueras, Francisco Pi y Margall, Valentí Almirall, Enric Prat de la Riba, Josep Puig i Cadafalch, Francesc Cambó y Jordi Pujol, que todos fracasaron en su intento de convivencia i conllevancia pero sin que Catalunya se viera despojada y expoliada. Y antes que ellos el general Joan Prim i Prats, héroe nacional de guerra y ennoblecido por la Corona hispana y que quiso dirigir la política española y modernizar, hacer progresar y regenerar el país (antes que los "regeneracionistas" de Costa) pero solicitando más respeto para Catalunya, sin ningún afán de independencia. Pero por el solo hecho de su catalanismo confeso, fue asesinado en Madrid. Se conoce perfectamente al autor material del magnicidio pero no a los inductores o asesinos morales que, sin ninguna duda, pertenecían a lo que hoy llamaríamos la "caverna" de la meseta, la parte mas combativa y sinvergïenza del nacionalismo intolerante y fanático hispano-castellano.
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