Es un bonito pueblo del Alt Urgell, en el Pirineo catalán y cercano a La Seo d'Urgell, en cuya rectoría se encontraron "Les homilies d'Organyà", un sermonario de finales del siglo XII y el ejemplo más antiguo de escritura en lengua catalana y que era la traducción de un trabajo literario en occitano (lengua hermana del catalán o "lemosín", como se llamó al catalán durante un tiempo).
Pero a mi, llamame materialista o cateto, lo que más me interesa de Organyà es la "llongonissa" artesana, la "culana" de "Embotits Obach" (*), firma creada el 1915.
Coronel Von Rohaut
(*) La que, por su sabor, más me recuerda las de mi juventud, las que hacían en la tocinería de "Cal Jepet", en Santpedor. Posiblemente porqué el Jepet no curaba jamones (el clima del Bages no era el apropiado) y toda la carne de los jamones de la matanza otoñal del cerdo la utilizaba para sus "llongonisses" (salchichón en lengua castellana, si bien en Aragón y parte de Lleida le llaman "longaniza" o "llonganissa" a la "botifarra" o salchicha), que curaba durante todo el invierno y sacaba a la venta el 26 de julio, por Santa Anna, patrona del pueblo. Y el resto del año los jamones los picaba para sus bisemanales "botifarres de pagès"...
Lo mismo que dice la publicidad de Casa Obach, que su "culana" la hacen exclusivamente con carne de "perniles" y tripa cular natural.
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