jueves, enero 12, 2017

Perversión de las palabras, inversión de los conceptos y manipulación de la realidad

En casi toda España se puso de moda, ya hace tiempo, acusar a los "culés" seguidores del "Barça", por un lado, y a los catalanes en general por otro, de practicar el "victimismo", dándole a esta palabra un sentido peyorativo como de "quejica", cobarde o melindroso que se queja por nada.

Pero es que cuando a un jugador del Barça le dan una patada y el árbitro le saca una tarjeta a él, o le anulan, por fuera de juego inventado, un gol legal, etc. si, con toda la razón del mundo, se queja, desde todas las tertulias y prensa deportiva madrileña le acusan de "victimista".
Y cuando los catalanes nos quejamos de la injusticia que representa que, siendo los que mas aportamos a las arcas del estado, somos los que menos recibimos en inversiones (necesarias, imprescindibles para infraestructuras que se caen de viejas) y que regiones receptoras de subvenciones alimentadas con nuestros impuestos, una vez realizada la "nivelación" por parte del gobierno central, queden por delante nuestro, también seamos unos "victimistas" según todos los dirigentes, tanto del PP como del PSOE, y tertulianos políticos en general (habitualmente unos castellanos panfletistas y lameculos del gobierno).

Y tendría que quedar bien claro que ser "víctima" no es ser "victimista", que no es lo mismo si no lo contrario. Y que ya estamos hartos que se nos exija que pongamos siempre la otra mejilla sin rechistar, que nos bajemos los pantalones sin quejarnos (aún deberíamos dar las gracias de que no enculen con tanto cariño...).

Que el agresor, transgresor o expoliador-saqueador se convierta en la imagen de la inocencia y de la justicia y que la victima, robada o agredida, tenga que apechugar con el epíteto de "victimista" cuando no de "ya se lo tenía bien merecido..." (como algunas mujeres violadas...).

Coronel Von Rohaut

(PS) Y un artículo de opinión muy adecuado... clikando aquí.

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