Ayer vino a Barcelona (tuvo la gentileza de desplazarse desde la capital del Reino) el nuevo Ministro de Fomento (Obras Públicas), el cántabro Iñigo de la Serna (ya se sabe que en Cantabria siempre han tenido muy buen conocimiento de lo que más nos conviene a los catalanes).
Y vino a traernos la buena nueva, de parte de su Jefe, de que van a redactar un nuevo Plan para la mejora de la red de cercanías de RENFE en Barcelona, que hace décadas que se cae a trozos. Cuando del Plan del año 2009, que preveía una inversión de 4.000 millones de euros, ya entonces insuficientes, solo se han ejecutado 400 (una décima parte: ¡Y gracias! ¿Pero de qué os reís, catalanes?).
(Dibujo de Anthony Garner, diario ARA de hoy, clikar encima para agrandar y poder leer)
Del nuevo Plan no dió ninguna cifra y así no podremos valorar el incumplimiento como estoy haciendo yo ahora con el del 2009...
Y a la ex-ministra Pastor, que tendría que haber ejecutado el anterior, la premiaron con la Presidencia de las Cortes. Premio, deduzco, por su habilidad en darnos pol culo a los catalanes y engañar al crédulo, bobo y maricón del Conseller Santi Vila. Y darle pol culo a dicho mariquita catalán (también de eso tenemos) supongo que lo realizó con un consolador ya que, si bien tiene un buen par de ovarios, no creo tenga pene (minga, samalé o verga) para encular catalanes.
En lo que si se mostró contundente el nuevo Ministro fue en declarar que, de traspasarnos toda la gestión de Cercanías, que nanay del Paraguay y que ni lo soñemos jamás de los jamases; que las competencias se quedan en Madrid, que es donde las tienen todas. Y que, en todo caso, ya nos comunicarán, amable y graciosamente, las decisiones que se tomen en Madrid, que es donde se toman todas las decisiones ya que aquí, los catalanes, todavía somos unos inmaduros e incapaces pàra decidir nada sobre nuestros problemas ("y que luego os lo gastéis todo en "embajadas" en el extranjero, en subvenciones a los "castellers" y en regalar banderitas esteladas, que ya os conocemos demasiado, coño, catalanes de mierda...).
Pero lo que yo, y como que ya lo he dicho hasta la saciedad temo hacerme pesado por repetitivo, no entiendo, no lo puedo entender, es como todavía siguen habiendo personas (por llamarlas de alguna manera), ciudadanos de Catalunya que aquí viven y trabajan y pagan religiosamente sus impuestos a las arcas castellanas del Estado español, y algunos hasta catalanes de verdad y buenas personas (pero, quizás, desinformadas), que puedan seguir creyendo y diciendo que para Catalunya no es malo pertenecer al Estado español (el que nos roba) y que se puede negociar y llegar a acuerdos y pactos con los castellanos (que los incumplen rigurosa y alegremente todos, con un desenfado y poca vergüenza que deja asombrados a los más curtidos). De tales buenas personas solo tengo una duda y es de cual es el grado de deficiencia o retraso mental que padecen (*).
Coronel Von Rohaut
(*) Salvo los que son unos "botiflers" (nombre dado a los catalanes felipistas o borbónicos en tiempos de Felipe V y que, desgraciadamente, perduran bajo el Felipe VI, ya que las malas hierbas son difíciles de extirpar: hay que arrancarlas o quemarlas).
O aquellos catalanes traidores a su patria y al servicio del centralismo hispano-castellano, posiblemente aquejados del "Síndrome de Estocolmo" que les hace abrazar e identificarse con los intereses de sus captores u ocupantes.
O bien inmigrantes no asimilados y residentes en Catalunya pero que se siguen sintiendo ultranacionalistas españoles, "lerrouxistas" o quintacolumnistas infiltrados en nuestra Sociedad para socavarla y sabotearla desde dentro.
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