Cuando los peperos y otros habitantes carpetovetónicos, mesetarios y centralistas, se desgañitan gritando que, por encima de todo está "la ley", y que hay que cumplir "la ley". Que los catalanes, en nuestra demanda de referéndum, bajo ningún concepto nos podemos saltar "la ley". Que nos aplicarán "la ley" (y esto lo dicen con el mismo tono que emplearían para decir que nos aplicarían la tortura del desmembramiento o descuartizamiento o de partirnos las piernas con una barra de hierro...), y cuando los "sociatas" (viejos o nuevos pero siempre españoles y españolistas) proclaman que, para frenar el referéndum siempre estarán al lado de "la ley", se olvidan, siempre pero siempre, siempre, de completar la frase para hacerla entendedora y es que los catalanes hemos de sufrir, nos hemos de someter a "su ley",
"la ley del embudo".
Porqué todas las leyes españolas, incluida la "Sagrada Constitución Española", madre de todas las putas leyes hispano-castellanas, son leyes legalmente, pero inmoralmente, proclamadas por una mayoría demográfica cuyo único fín es el de aplastar y arrasar con la minoría catalana, a la que quisieran ver desaparecer, engullida, deglutida, absorbida y anulada, totalmente diluida y disgregada, despersonalizada dentro de la, para ellos, superior nación y legalidad española de raíz castellana.
¡Y si no quieres caldo, dos tazas, catalán mamarracho! Que a este mundo español solo has venido para pagar la fiesta, y si te rebelas te daremos un mamporro, con "la ley en la mano".
Coronel Von Rohaut
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