Que después de haberse entrevistado con Puigdemont y Junqueras y haber escuchado la explicación que estos le dieron sobre "las garantías" para la celebración de un referéndum, el Domenech siga entestado en pedir cada vez más y más garantías (como si fuera el comprador de un frigorífico que le inspira poca confianza), obliga a presuponer que esto no es mas que una artimaña, un burdo pretexto para no confesar claramente que se opone al referéndum, al "proceso" y a la propia independencia de Catalunya.
No es que los "comunes" (*) y "colauistas" sean unos compradores de electrodomésticos, si no que son unos paletos y "botiflers" vergonzantes y que se esconden detrás de un falso municipalismo de izquierdas para oponerse a todo posicionamiento nacional catalán.
Unos pobres "carallots".
Porqué lo trágico, en Catalunya, no es tener en frente al estado hispano castellano y toda su poderosa maquinaria, enemigo secular del que ya hay que presuponer que nos tratará belicosa y fanáticamente en contra (PP, PSOE, Ciudadanos, etc.), sino que hayan propios catalanes (Fomento, Bancos y Cajas, PSC, Comunes, Unió y nuevas excrecencias, etc.) que, en lugar de unirse e ir todos a una, prefieren dedicarse a dispararse tiros al pié y a poner bastones entre las ruedas del catalanismo.
Pobres tarados mentales que cuando les señalas la luna solo saben fijarse en el dedo, o que no ven más allá de su deforme narizota...
Coronel Von Rohaut
(*) Efectivamente lo son ya que nada tienen de excelentes...
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