Cuando nos hacemos mayores nos volvemos adictos a los postres dulces y ahora me acuerdo de mi tío Ernest que, después de comer, siempre tenía a mano unas galletas "Birba", de Camprodón; como yo, sobre todo en invierno.
Y ahora, algunos días y con el buen tiempo, me tomo "un huevo frito", hecho con una mitad de melocotón "Hero" en almíbar, sobre un lecho de abundante nada montada o "crème Chantilly", todo bien fresco de la nevera.
Cómo cuando era pequeño y me lo hacía mi abuela.
¡Humm! Somos cómo niños...
Coronel Von Rohaut
(PS) En la imagen (de archivo), la imitación de las patatas fritas está hecha con manzana, que yo me ahorro...
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