Y ahora que he hablado del aceite de Santpedor, también recuerdo que en "La Vinya" teníamos, al final del camino que llevaba a las vides y pasados los pocos olivos, una higuera que daba, precisamente ahora a finales de agosto, unos magníficos higos blancos.
Con mi padre (y yo ya era un poco más mayor) alguna vez íbamos a primera hora a coger higos y comerlos debajo del árbol, recién cogidos y todavía mojados por el rocío de la madrugada y con el frescor natural...
El payés, cuando nos veía, nos decía que nos faltaba algo: acompañar los higos con un buen trago de aguardiente. Pero ni a mi padre, ni menos a mi, no nos gustaba.
Coronel Von Rohaut
(PS) Para coger los higos a los que no llegases con la mano, había unos palos con una lata atada al final, con la que cortabas el tallo, blando, del fruto y lo recogías sin que cayera al suelo.
No utilizábamos la clásica caña con el extremo bifurcado para coger higos chumbos, que a mi nunca me han gustado. ¡Quizás porqué en catalán se los conoce como "figues de moro"!
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