Los soldados de Operaciones Especiales acostumbran a llevar unos cascos más pequeños y livianos que los reglamentarios del Ejército, primero para tener mayor movilidad y, especialmente, para poder llevar los elementos de transmisiones (pinganillos, etc.,) que les permita estar interconectados entre ellos y el mando.
Y en los ejércitos modernos, no solo quedarse sin municiones, sino que quedarse sin pilas (baterías, dicen los anglosajones) es los más habitual y que mas preocupa a los soldados en combate ya que hacen un gran consumo de ellas: en los radiotransmisores y teléfonos, aparatos de GPS, aparatos de visión nocturna adaptados a los cascos, ordenadores portátiles en manos de los jefes de pelotón y a través de los que reciben órdenes, instrucciones y planos de lugares a ocupar, etc.
En una película sobre la Guerra de Irak se plasmaba muy bien esta nueva preocupación de los militares en operaciones.
Coronel Von Rohaut
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