Los diputados catalanes (incluido el President Puigdemont) suspendidos por el infame juez Llarena ya no cobran sus sueldos, mientras la inquisitorial jueza Lamela, de la Audiencia Nacional y como premio a su moderna y pertinaz, incansable, persecución de los catalanes y sus líderes, ha sido ascendida al Tribunal Supremo donde, precisamente, dirigirá los procesos contra los catalanes incursos en el caso del 1º de octubre (si no quieres caldo, dos tazas, catalán de mierda, que esto es Castilla, y tu eres de la última y expoliada colonia...).
Y como que para recurrir ante el Tribunal Internacional de Luxemburgo, antes los catalanes inculpados han de pasar por el recurso al Supremo, éste está demorando y dilatando al máximo y de forma totalmente injustificada y malévola, su tramitación...
Lo que nunca jamás entenderé es que sigan habiendo catalanes (¿de buena fé...?) que no se declaren independentistas. Ya sé que siempre han habido idiotas, tarados y retrasados mentales (aparte de personas ignorantes o desinformadas). ¡Pero tanto...!
Coronel Von Rohaut
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