En la línea de lo que hacían el Pepe y otros antecesores suyos, el capitán merengue salta siempre con el codo por delante y si, de paso, se lleva alguna nariz o parte alguna cara, pues alabado sea Dios...
Y el empleado del Florentino, el Pedrerol, le excusa y dice que no se merecía la roja y expulsión, pujes ya pidió perdón. Como si esto fuera suficiente para un reincidente salvaje como el Sergio Ramos.
Que así le quedó la nariz al jugador checo Havel...
Con sus antecedentes yo le impondría un castigo ejemplar y que no pudiera volver a jugar.
Coronel Von Rohaut
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