Los cañones de gran calibre, entre 14 pulgadas (360 mm) de los "Pennsylvania", 15 pulgadas (380 mm) de los "Bismarck" y "Richelieu", los 16 pulgadas (406 mm.) de los magníficos "IOWA" (en las imágenes) y hasta las 18 pulgadas (460 mm) de los monstruosos clase "Yamato", generalmente con 9 cañones principales montados en baterías en tres torretas dispuestas longitudinalmente en la línea de crujía, de 3 cañones cada una (*)
y que ya han desaparecido del panorama naval actual, eran de gran utilidad, una vez ya se habían terminado las batallas navales entre buques de superficie (**), para bombardear las costas antes de un desembarco para una invasión anfibia y ablandar sus defensas hasta bien tierra adentro ("canarder les côtes" dicen los franceses), gracias a su gran alcance.
Y a un coste muy inferior que con los modernos "missiles", bombas guiadas, etc., y con la suficiente precisión al tratarse de blancos de gran superficie o de saturación de área.
Coronel Von Rohaut
(*) "El Bismarck" montaba 4 torretas de 2 cañones cada una
y el "Richelieu" 2 torretas delanteras de 4 cañones cada una.
(**) Prácticamente la ultima fue la de Jutlandia en la IGM. En la IIGM las grandes batallas, salvo el enfrentamiento entre el "Bismarck" y el "Hood" y la Batalla del Río de la Plata, fueron aeronavales (casi todas las de la Guerra del Pacífico) y las flotas ni se avistaban entre ellas.
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