Escucho por la tele, en vísperas de un "derby" entre el Sevilla y el Betis, a un periodista exclamar: "Qué bonita está Sevilla" y su compañero añadir "Sevilla siempre está bonita".
No lo voy a discutir (*) pero recuerdo que cuando yo viajaba por toda España por trabajo, en la única ciudad donde, a mí así como absolutamente a todos mis compañeros del despacho y no se escapó ninguno, nos habían abierto el coche en alguna ocasión para robarnos, era en Sevilla.
No lo interpreto ni juzgo, solo lo expongo... Y ahora puedes llamarme xenófobo y racista; me la suda...
Coronel Von Rohaut
(*) Pero así como en Barcelona y para los Juegos Olímpicos, las obras nos las pagamos mayormente nosotros (como mínimo dos tercios del coste total...), en Sevilla y para la Exposición Universal que se les concedió para el mismo año para que no tuvieran celos (como ya había ocurrido en 1929), todas las obras y mejoras fueron sufragadas en su totalidad por el estado central (con los impuestos mayormente de los catalanes).
Y una vez terminados los Juegos, todas las infraestructuras de Barcelona (salvo, quizás, el velódromo) fueron aprovechadas y siguen en servicio, mientras que las de la Expo de Sevilla casi todas cayeron en el abandono más total y hoy son una ruina (en las imágenes inferiores, en 1992 y ahora mismo). Claro, como que nos les costaron ni un puto duro.
Y también recuerdo que el Presidente de la autonomía andaluza Rodriguez de la Borbolla, refiriéndose a las ingentes obras de mejora, se exclamaba ufano y con gracejo: "Sevilla pué con tó...". Joder, macho, así cualquiera...
No hay comentarios:
Publicar un comentario