En todos los gobiernos del general Franco, éste siempre tenía muy presente que figurase alguien proveniente de la burguesía catalana o de sus instituciones, generalmente "una vieja gloria" pero sin ninguna relevancia política y que incluso casi siempre era un "ministro sin cartera" (*) o sea, un figurón al que todo el mundo denominaba "el ministro catalán".
Es lo que ahora hace el Sánchez Pérez-Castejón poniendo a catalanes en lugares preeminentes, de relumbrón, pero sin poder ejecutivo o, si lo tienen, que sean catalanes "domesticados" e incluso fanáticos "jacobinos centralistas" como el Borrell o, cómo mínimo, "mansos" (**).
Coronel Von Rohaut
(*) Como Pedro Gual Villalbí (en la imagen)y otros "extras". Sólo López Rodó, del Opus Dei y protegido del almirante Carrero, tuvo gran peso y relevancia política.
(**) Mientras a los de verdad los mantiene en la cárcel o en el exilio, donde les metió Rajoy, todo y proclamando su "talante dialogante" (dialogando pero, como siempre, "caña al mono" y que no decaiga).
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