Adolf Hitler no era ningún atleta ni un modelo de la raza aria pero, para nada, era el hombrecito bajito (*), el enano enloquecido de la imagen que ha perdurado.
Enloquecido y endemoniado sí que, seguramente, era. Pero era bastante alto y por encima de la media.
Lo que ocurre es que en el imaginario popular ha pervivido la imagen que, de él, dejó Charles Chaplin "Charlot" en el gran y premonitorio film (se rodó antes del inicio de la guerra) "El gran dictador".
Coronel Von Rohaut
(*) El que si era un enano ridículo y con su voz de castrado, era el general Franco.
No hay comentarios:
Publicar un comentario