Durante las retransmisiones de los actos del Congreso me pongo negro cada vez que diviso al todavía ministro Pepe Borrell, sujeto al que aborrezco profundamente (*).
Ingeniero aeronáutico de formación, este chulo, cínico y engreído individuo retransmite un complejo de superioridad que no se compadece con su real nivel intelectual, no tan alto como él presume.
Nacido en la Pobla de Segur, este catalán es hijo de un buen "convergente", pero que posiblemente se desvió en su convivencia con el mundo madrileño y se convirtió en un jacobino despreciable.
Todavía le recuerdo al principio de su carrera política, en un plató de televisión, en un enfrentamiento con un empresario catalán al que despreció de forma displicente y arrogante.
Yo puedo entender el odio hacia lo catalán por parte de nuestros contrincantes castellanos que solo buscan dominarnos para aprovecharse y vivir a nuestras expensas de form parasitaria. Pero el peor es el odio interno y visceral de las gentes como este traidor...
Coronel Von Rohaut
(*) Casi tanto como al "mariachi del Albert Rivera" en frase feliz del portavoz vasco.
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