Por más que lo hayas visto en películas, las balas disparadas por armas de fuego no funcionan en absoluto bajo el agua.
La densidad del agua las frena enormemente y las trayectorias se comportan de forma totalmente incontrolable y sufren grandes desvíos, aparte de no ir muy lejos ni con fuerza suficiente.
El SOCOM (Mando US de Operaciones Especiales) está probando unas nuevas balas, de tungsteno aparte de otras características no reveladas, que mantienen su trayectoria y potencia, lo que será de gran ayuda para muchas unidades de combate.
Coronel Von Rohaut
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