lunes, octubre 05, 2015

¿Por qué, en España, un imputado y en su defensa, puede mentirle al juez sin ser luego acusado de perjurio?

Lo cual, a cualquier jurista norteamericano, le parecería hasta una practica tenebrosa.

Yo deduzco que esto proviene de los tiempos de la Santa Inquisición cuando hasta los magistrados sabían que las imputaciones eran falsas o prefabricadas y pensarían: "¡Bah!, dejemosles mentir a los pobrecitos que igual, digan lo que digan, les pasaremos por el "ast"!

 De aquí le viene, entre otras cosas, su mala fama y falta de prestigio a la Justicia Española, aquella que, como dijo un notable político andaluz, "es un cachondeo".

Y ahora se lucirá interrogando al Artur Mas en la fecha conmemorativa del fusilamiento de un antecesor suyo, el Presidente Companys, por parte de aquel gran justiciero llamado Francisco Franco "La Espada más limpia de Occidente (y manda huevos...)"
Maldad que ya tiene un precedente, ya que el ultranacionalismo español viene de lejos y, en 1919, a dos pro-hombres del catalanismo pero, entonces, nada independentistas, y solo por patriotas y solicitar la autonomía de Catalunya, pasaron por el juzgado acusados de "rebelión y sedición"

Eran, el político y mecenas Francesc Cambó y el famoso arquitecto modernista y Presidente de la Mancomunitat, Josep Puig i Cadafalch...

¡Hay que tener cojones...!

Coronel Von Rohaut

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