domingo, abril 01, 2007

Post-guerras

No he leido el anunciado ensayo de Francis Fukuyama (Rector de la John Hopkins) sobre las diferencias entre las posguerras de Japón y Alemania con el Irak actual.

Pero así, a bote pronto, ya se me ocurren tres grandes disimilitudes:
  1. El imbécil de Bush, sólo preocupado por favorecer a sus amigos petroleros, no tiene, ni de lejos, la talla política ni intelectual de un Roosevelt, que planificó el día después de la 2ª WW, con la colaboración preminente del General Marshall, ni de un pragmático Truman, que lo aplicó. Sin que éstos perdieran de vista los intereses de los USA, pero sabiendo que Alemania y Japón tenían que seguir funcionando.
  2. El imbécil de Paul Bremer, virrey de los USA en Irak después de la guerra, desmanteló todas les estructuras del estado irakí, disolvió la organización del partido Baas, la policía, el ejército, etc. Sólo se preocupó de embolsarse, él y sus amigos, toda la "pasta" que pudo, repartiendo los fondos para la reconstrucción entre las compañías "amigas", entre ellas las relacionadas con el vice-presidente Cheney (otro mafioso). Mientras que el General Douglas McArthur, primero de su promoción en West Point de donde mas tarde fué Director, si bién era un "teatrero" y un ególatra, también con grandes intereses económicos, por ejemplo, en Filipinas, cuando fué nombrado "virrey" en Japón, después de la rendición, supo preservar al emperador y las esencias del país, mantuvo en su sitio toda la maquinaria del estado y tuvo el nivel intelectual suficiente para "parir" una auténtica constitución democratica y modernizadora para el país recién ocupado.
  3. Y quizás definitivo, me daría verguenza tratar de comparar los pueblos alemán y japonés, cultos (a pesar de los bárbaros desmanes recién perpetrados), disciplinados y laboriosos, con los pobres y desdichados irakís musulmanes, que Allah proteja.

Coronel Von Rohaut

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