Hoy he asistido a la presentación en Barcelona de una plataforma que promulga la independencia de Catalunya y a la que pertenezco. La conferencia de hoy estaba más dirigida hacía la capitalidad de Barcelona pero sin perder de vista el objetivo básico que es la soberanía nacional.
Y he observado grandes vaguedades en muchas personas. Una dama respetable se lamentaba que en las manifestaciones pro "AVE POR EL LITORAL" había poca gente. Evidentemente yo no iré, ya que no creo que por el litoral sea la mejor alternativa, si no por la calle Aragón. Queda claro que antes de manifestarse, es necesario un consenso sobre qué es lo que queremos, para evitar la dispersión de las reclamaciones.
Lo mismo es válido de cara a la independencia. No es igual un discurso de derechas que de izquierdas y alguien debería trazar las líneas maestras de un discurso unitario. Luego, en un país independiente ya normalizado, cada uno escogerá las políticas sociales y económicas que su sensibilidad le marque. Pero no en el camino hacía la soberanía plena, que ya es bastante duro. A este respecto me ha gustado la pregunta, retórica, del cantante Frank Dubé, que se ha interesado si, en la búsqueda de apoyos internacionales, nos inclinaríamos por Estados Unidos o por Palestina.
Hace tiempo que me preocupa y remuerde la auto mortificación o flagelamiento de muchos catalanes. Otra señora aprovechó que el Pisuerga pasa por Valladolid para atacar al ex presidente Pujol y criticar que ¡Oh Dioses del Olimpo! había cerrado las subvenciones a los estudios de los músicos, mientras que en el País Vasco la asignatura de música está apoyada por su gobierno autonómico (que tiene todo el dinero del mundo ya que se quedan allí todos los impuestos de allí).
Para esta señora, que sólo suspiraba por atacar a Convergència, toda la culpa no era de no tener los dineros (que se lleva el gobierno de Madrid) si no que el Sr. Pujol debía tener manía a los pobres músicos...
Es el mismo discurso de muchas tertulias de bar: mientras la Comunidad de Madrid hace kilómetros de metropolitano, la Generalitat de Pujol, que debía de ser tonta del culo, no hacía metros. Mientras en Valencia y Madrid suprimen el impuesto sobre sucesiones, la Generalitat de Pujol, que no entendía de fiscalidad, no ha sabido eliminarlo. Mientras en el resto de España hacían autopistas libres de peaje (con el dinero de nuestros impuestos catalanes, no devueltos) en Catalunya el Sr. Pujol, sin duda para beneficiar a "la Caixa", hacía autopistas de peaje. Mientras en Andalucía y en Extremadura la seguridad social (con dineros transferidos desde Madrid, salidos de nuestros impuestos) paga los cuidados dentales y el cambio de sexo, en la Catalunya de Pujol la sanidad era deficitaria. Y así "ad infinitum".
O sea, no es que el gobierno de Madrid nos robe, que Castilla nos expolie
ni que España nos exprima hasta el ahogo, si no que preferimos creer que somos imbéciles, nuestros políticos incapaces y corruptos (que también) y el país una desgracia.
Cuando en el fondo el Sr. Pujol no lo hizo tan mal. Con sus políticas posibilistas sacó dineros de donde pudo y hizo un poco mas de lo que le dejaban. Sólo tuvo un fallo, un gravísimo error, un pecado original. Quiso encajar a Catalunya en España (cómo antes Francisco Cambó y cómo después, con otro estilo pero igualmente inútil, Pascual Maragall). No quiso, nunca lo dijo, la independencia. Hizo pedagogía para conseguir que los españoles nos amasen, que España nos quisiera.
Empeño inútil y estúpido. No nos tragan cómo somos (cuando les caemos bien dicen "no parecéis catalanes..."). Nos odian y envidian a partes iguales.
Nunca levantaremos cabeza con ellos. Nunca llegaremos ni a su lado ni mucho menos encima: siempre estaremos debajo, sometidos.
Luego, sólo queda un camino: la independencia total dentro de una Unión Europea renovada o reinventada...!!!
Pero para recorrer este camino es imprescindible un liderazgo, fuerte, que una empeños, que dirija y marque el camino. De lo contrario, el pueblo se dispersa.
Es mi opinión.
Coronel Von Rohaut
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