Cada año vuelven las mismas discusiones que en lugar de disiparse todavía se complican mas.
Se empezó con la disyuntiva de si decorar la casa con un nacimiento o pesebre (tradición católica, inventada en Nápoles o sea, tampoco española) o bien con el árbol o abeto (el dibujo más típico tampoco es un abeto sino un picea). Costumbre, ésta sí, pagana, de los sombríos bosques nórdicos, germánicos o escandinavos pero con la que casi hemos nacido los de mi generación, crecida con el cine americano que tantas costumbres nos ha impuesto pero que hemos aceptado gustosos. Mi pregunta es ¿qué impide poner las dos cosas, por ejemplo, un belén a los pies de un verde e iluminado árbol de Navidad? Por cierto, precioso y monumental el tradicional abeto de la "Rockfeller Plaza" de Nueva York !!
Luego la duda vino en si hacer regalos a través de Papá Noël y a los pies del árbol o de los Reyes Magos. Es decir, la noche del día 24 de Diciembre o la del 5 de Enero (o lo que es casi lo mismo, el día de Navidad, el 25 o el día de Reyes, el 6).
Está claro que no soy nadie para dar lecciones a nadie. Pero yo lo he tenido siempre muy claro con mis hijos y ahora con mi nieta. La parte mas importante de los regalos o juguetes, los que se traen en casa, los entrega Papá Noël, la vigilia de Navidad o Nochebuena en España, con lo que hasta el fin de las vacaciones, pasada la Epifanía y volver a colegio, tienen muchos días para jugar y disfrutar de los regalos. Luego, para conservar la tradición de los Reyes, siempre se les pueden poner chucherías, cómo el maldito carbón, las monedas y cigarrillos de chocolate y demás golosinas. Sin olvidarse de dejar el pan y el agua para los camellos y quizás una copita de coñac para Sus Majestades que aunque vengan de oriente, no parecen musulmanes....
Cuando yo era pequeño, siguiendo la costumbre impuesta, me traían los juguete los Reyes, con lo que no los disfrutaba mucho. Y para no perder la tradición catalana, la vigilia de Navidad hacíamos "cagar el tió", que consiste en darle bastonazos a un tronco (el "teió" o tea grande) o en su defecto un taburete de madera y sacarle de su interior los regalos, "llaminadures", turrón, etc.
Y tampoco veo que, desde un punto de vista religioso, sea mas cristiano que los regalos los traigan unos magos de oriente, montados en camellos o un vejete bonachón que vuela en un trineo tirado por renos.
Pero es que ahora ya no enfrentan a Papá Noël con los Reyes Magos de Oriente sino que, ciertos curas integristas, lo encaran con el mismo Niño Jesús.
Hombre, enfocado teológicamente siempre ganará Jesús, el Hijo de Dios. Pero es que tampoco es cierto que Papá Noël, adaptación francesa de Santa Claus, sea un personaje pagano o tan exótico.
En la tradición de los Países Bajos (Bélgica y Holanda) a los niños les traían juguetes, por la época navideña, no unos Reyes Magos y Orientales sino San Nicolás, que era un obispo santo que venía de España (que para los tiernos niños neerlandeses debía ser un origen tan lejano y exótico como Oriente para los españolitos).
Saint Nicolas para los valones y Sint-Niklaas para los neerlandeses, al pasar a los Estados Unidos con las costumbres de los emigrantes, se transformó en Santa Claus que es cómo se sigue llamando allí.
Y Santa Claus iba vestido de verde. Pero un buen día hace ya bastantes años y para felicitar a sus clientes por la Navidad, la compañía "Coca Cola" adoptó cómo figura emblemática a Santa Claus y lo vistió de rojo y blanco, que son los colores corporativos de la marca. Y gustó tanto que así quedó para todo el mundo. Como conocida en todo el orbe es la famosa bebida gaseosa americana, que nos tiene "colonizados" y "culturalmente secuestrados" a los pobres europeos.
Y al volver a la Francia laica, de la que lo hemos adoptado nosotros, le bautizaron cómo Papá Noël o sea, "padre Navidad" pero sin perder ni su uniforme coca-colero ni su origen santo ya que una famosa canción francesa infantil y navideña dice:
Petit Papá Noël
Quand tu descendras du Ciel
Avec des jouets par milliers
N'oublie pas mon petit soulier
Papá Noël o Santa Claus bajan del cielo a traer juguetes a los niños que han sido buenos y que, para recibirlos, en América ponen un calcetín y en Francia un zapato.
Y tú pon lo que te dé la gana, donde quieras y cómo quieras y no hagas mas el gilipollas. Olvida que "El Corte Inglés" se esté forrando y por un día, disfruta cómo el niño que fuiste y no volverás a ser.
Coronel Von Rohaut
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