domingo, diciembre 16, 2007

Un hombre, un voto y una mierda para mí.

¡Ay, ay, ay, que me lo veo venir! Me tacharán de "nazi". Claro que me importa un higo lo que pueda pensar según quien...

Axioma básico de la "democracia" cómo sistema político es el de "un hombre, un voto".


Pero a mi, de siempre, me ha parecido una regla un tanto discutible y defectuosa.


No me parece justo que, por ejemplo en el momento de elegir al partido, al equipo, al dirigente o líder que deba pilotar la nave de nuestra sociedad durante unos años y en el que depositamos, por poderes, toda la capacidad de decisión así cómo el monopolio de la fuerza, mi voto tenga exactamente el mismo peso, el mismo valor que el voto de mi portera o que el del peón de la construcción que está abriendo una zanja para el cable del teléfono, con todos mis respetos y mi mas profundo cariño y admiración para las porteras y los ayudantes de albañil.


Pero no puede, no debería pesar lo mismo la opinión de un analfabeto, de un iletrado, de una persona que no sabe ni hacer la "o" con un canuto e incluso de un pobre sujeto con una ligera discapacidad cerebral, que la de un astrofísico, de un premio Nobel en medicina o de un ingeniero en física nuclear.


Y muy expresa y voluntariamente he puesto cómo ejemplo el de un físico nuclear porqué tal es la formación académica de un sujeto llamado Alejo Vidal-Quadras, individuo culto al que yo no votaría jamás (antes a mi portera) y al que considero, políticamente y a pesar de su formación y título, un autentico cerdo. Para que veáis lo difícil que es, a veces, opinar...


Viene a cuento toda la anterior disquisición porqué un periódico ha establecido, siguiendo la democrática votación de sus lectores, la lista de las mejores 100 películas de la historia.


Asunto harto controvertido y opinable, en el que es imposible que varias personas se pongan de acuerdo. Pero si que debería haber una pauta, un hilo conductor por el que podamos decidir cual o cuales han sido los mejores films y dicha pauta no puede ser otra que el conocimiento del tema, la cultura cinematográfica y un poco o mucho de la otra.


Puede ser discutible pero puedo aceptar que una película, mítica por varios conceptos, cómo "Lo que el viento se llevó" quede en primer lugar. Pero que el "Napoleon" de Abel Gance, se vea relegada al último lugar, el 100, no tiene sentido, salvo el desconocimiento. Pero la gente lo ha votado así. Un lector, un voto.


"Lo que el viento se llevó" supuso varias innovaciones en el lenguaje cinematográfico, aparte su argumento, un auténtico "culebrón" pero muy bien desarrollado, con gancho y escenas memorables y con unos interpretes que fueron iconos de la pantalla. Y el mayor presupuesto hasta aquel momento, en 1939. Arrasó en taquilla.


Pero el "Napoleón" rodado en 1927, doce años antes, además de basarse en la biografía de un personaje universal y con grandes interpretes, fue no solo innovador técnicamente (cámaras en movimiento, cámaras inmersas en la acción y fijadas en alguno de los sujetos, dando la visión subjetiva de los hechos) si no hasta revolucionario, con una escena final proyectada simultaneamente por tres proyectores sobre tres pantallas, lo cual no pudo volverse a utilizar hasta los años 60, en Hollywood, con el invento del "Cinerama" en "La conquista del Oeste". ¿"Napoleón" la última de la lista?


Pero no es esto lo peor o mas significativo. Puedo encontrar muy correcto el puesto 3º de "Casablanca" (una de mis favoritas) y ser opinables el 13º de "Ciudadano Kane" (la primera en todas las listas de críticos y especialistas), el 24º para "La fiera de mi niña" (magistral), el 40º para "Sed de mal" de Orson Welles (con una planificación insuperable), sólo el 68º para "El séptimo sello" o hasta un 85º para encontrar a "Ser o no ser" (con el "toque Lubitsch").


Ahora bien, que en el 2º puesto aparezca la reciente, anodina y nada memorable (no digo mala), "Brokeback Mountain" y en los privilegiados 6º, 7º y 8º lugares, salgan "El laberinto del fauno", "Amélie" y "Mar adentro"... ¡Anda ya...! Hay peliculas en las que ya sólo los títulos de crédito, rodados por Saul Bass, (Carmen Jones, La tentación vive arriba, El hombre del brazo de oro, Vértigo, Con la muerte en los talones, Horizontes de grandeza, Psicosis en la que además dirigió la escena de la ducha, Ocean's eleven, Espartaco, Exodo y sobre todo, West Side Story), superan, cinematograficamente, a cualquiera de esas tres. No por malas, sino por mal situadas. Un hombre, un voto y en lugar de una lista coherente sale una mierda atada con un cordel... Cómo en política.


Claro que ya Winston Churchill dijo que el sistema democrático sólo tenía de bueno que todos los demás eran peores.


Coronel Von Rohaut

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