Dicen que un experimento científico realizado en una universidad con la "mosca de la fruta" o "del vinagre", también conocida cómo Drosophila melanogaster, ha permitido observar cómo los machos de la mosca, después de ser emborrachados, empiezan a cortejar a otros machos en lugar de a las hembras.
Cómo que esto lo explican en un "programa del corazón" de la tele, que acostumbran a estar llenos de maricas, se ríen mucho al comentarlo. Pero a mí sólo me viene a confirmar lo que yo ya hace tiempo que sostengo: que la homosexualidad es una desviación de la conducta.
Que mayormente viene causada por un defecto genético o un desequilibrio hormonal, pero también por un efecto cultural cómo una educación equivocada en la infancia, una curiosidad exacerbada o enfermiza por lo novedoso o lo distinto, así cómo por el puto vicio o la perversión sexual, que también existe.
O por un agente exógeno, cómo una droga. El alcohol, en el ejemplo de las moscas que nos ocupa.
Así que, para los homosexuales, todo mi respeto personal y todos los derechos cívicos y humanos.
Pero cómo a "enfermos". No cómo a "normales" o "iguales", cómo preconizan ellos y algunos "progres" así cómo ya aceptan las leyes españolas que, cómo en muchas cosas, después de años de "carcundia" y represión ahora, siguiendo la ley del péndulo, nos pasamos cuatro pueblos y enseñamos el "fistro".
Coronel Von Rohaut
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