Zapeando (no tengo de qué esconderme ¿eh?) pasé por O.T. y escuché que querían volver a contratar a una especialista en urbanidad y buenos modales, que ya lo había estado en ediciones anteriores, para dar alguna lección de "saber estar" a los jóvenes participantes en dicho concurso.
Entonces me fijo en ellos y veo (sin estupor, pues ya estoy curado de espantos) que estando en la mesa comiendo, se echan casi encima del plato, con los brazos y casi todo el torso por la mesa. Si hace falta incluso ponen los pies encima y por descontado, los que usan gorra ni se les ocurre quitársela para comer siendo cómo ya es de mala educación incluso el llevarla puesta bajo tejado o en el interior de una casa.
A dichos concursantes no se les ve, obviamente, de clase elevada ni de buena familia, pero tampoco dan la impresión de ser "lumpen", ni marginales o desarraigados. Son gente normal de clase "media-baja", que antiguamente tenían cierta vergüenza y ganas e interés en prosperar y mejorar en la escala social.
Pero ya no es que lleven la boca al tenedor en lugar de, cómo es de recibo, llevarse el tenedor a la boca, si no que da pena verles cortar la carne. Cuando la cortan, si es que la cortan y no la arrancan, fijan el trozo de carne con el tenedor, pero clavándololo en vertical, cómo un puñal y agarrándolo con todo el puño cerrado. ¿Pero es que nadie les ha enseñado nunca a comportarse y a comer?
Está claro que sus padres, que tendrían que educarles y predicar con el ejemplo, han dejado de preocuparse en transmitirles unos valores mínimos, que consideran superficiales o prescindibles. Pero seguramente lo han hecho porqué también a ellos y en su día, la escuela dimitió (por progresía y modernidad, por falso concepto de la libertad y del libre albedrío) en inculcarles principios cómo la disciplina, el esfuerzo, el compromiso, el civismo y la convivencia.
Nadie les explica que su libertad termina donde empieza la del "otro". Estamos criando una manada de irresponsables que se mean por los portales, escupen por el suelo, se sueltan pedos y eructos en público, ponen los pies encima de los asientos de los transportes públicos y no respetan nada ni a nadie. Y esto ya dentro de todas las clases sociales.
No todos, afortunadamente, ni mucho menos. ¡Ojo!, que no soy nada pesimista sobre el futuro y el devenir de la raza humana. Pero si no se corrige el rumbo, la mierda nos desbordará más temprano que tarde....
Coronel Von Rohaut
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