En el Reino Unido se ha desatado una interesante si bien algo aberrante discusión jurídico-moral-filosófica, sobre hasta donde las leyes de los derechos humanos y su aplicación han de cubrir a los combatientes y, por ejemplo, hasta qué punto un oficial al que se le mueren algunos soldados en combate puede ser incriminado judicialmente por la familia de la víctima, por no haber sabido proteger a sus soldados, ciudadanos ingleses en este caso, hasta el límite de lo posible, ya que el estado tiene el deber de proteger a "todos" sus súbditos.
¿Y quien fija este límite? ¿No nos estaremos pasando? ¿No estará, alguien, cogiéndosela con papel de fumar? ¿Hasta donde un digno y empelucado señor Juez, que jamás ha salido de detrás de su púlpito, puede juzgar la decisión, a vida o muerte, que un militar ha debido tomar en fracciones de segundo y bajo el stress de las balas y el fuego enemigo?
Clikando aquí se puede leer (en catalán) un interesante análisis sobre tan espinoso y, para mí, artificial y artificioso tema. Quizás un exceso de cultura e ilustración nos ha hecho llegar al extremo de los teólogos bizantinos que, mientras su ciudad y toda su civilización estaba cayendo bajo el yugo de los musulmanes otomanos, y derrotados por las tropas de Mehmed II que arrasó la capital y terminó con el Imperio Romano de Oriente, se entretenían en discutir sobre el sexo de los ángeles...
Coronel Von Rohaut
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